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Control de la temperatura para lacar aluminio

El control de calidad en la manufacturación de perfiles de aluminio lacado requiere verificar la temperatura de fusión de las resinas sobre el aluminio. Para ello, es necesario prestar especial atención a dos de las fases del proceso de lacado del aluminio.

La fase de secado y la de polimerización requieren de un control de la temperatura adecuado, para conseguir un producto de calidad. Y es que, de la correcta ejecución de estas dos fases, depende en gran medida el resultado del proceso. Te contamos a continuación todos los detalles.

Principales etiquetas para control de temperatura durante el lacado de aluminio

Cómo lacar aluminio: fases del proceso

El proceso de lacar aluminio consiste en aplicar un pigmento en polvo electrostáticamente sobre la superficie del metal. Estos pigmentos son resinas de poliéster o poliuretano que conferirán gran resistencia al perfil acabado contra la luz solar y la corrosión provocada por lluvias, humedades u otras situaciones atmosféricas que puedan sufrir una vez colocados. Además, el lacado permite ofrecer una gran variedad de colores, en cuanto a la pintura que se aplica.

Este proceso es el mismo tanto si estamos lacando barras, planchas o como si vamos a lacar llantas de aluminio. A continuación, se detallan las etapas del proceso completo:

  • Lavado del perfil
  • Eliminación de posible óxido de la superficie del perfil.
  • Impregnación o imprimación con una solución que permita la posterior adherencia electrostática de la pintura en polvo.
  • Secado de los perfiles para la siguiente fase
  • Aplicación del pigmento para su correcta adherencia sobre el perfil metálico.
  • Termo-endurecimiento del pigmento aplicado o polimerización.

Hay que hacer notar que todos estos procesos se mueven en unos rangos, en los que no producen efectos dañinos sobre el material, dado la capacidad calorífica del aluminio y su temperatura de fusión.

Control de la temperatura durante la fase de secado para lacar aluminio

Tras la etapa de imprimación – una de las más esenciales de cómo lacar aluminio -, los perfiles a lacar deben secarse para eliminar cualquier resto de la solución aplicada. El lavado de la solución se realiza con agua y, posteriormente, los perfiles son llevados a un horno de secado en los que se someterán a 120ºC aproximadamente durante un mínimo de 15 minutos. Para una correcta polimerización de las pinturas con base resina aplicadas, se debe conseguir una temperatura entre 180 y 200ºC, durante 20 minutos.

Las etiquetas termosensibles autoadhesivas permiten en esta fase un control desasistido y de alta precisión: a la salida del horno se podrá comprobar la temperatura alcanzada examinando el cambio de color en los niveles de la etiqueta. El hecho de ser una etiqueta irreversible hace que nos marque la temperatura que se alcanzó en el proceso y sirva por tanto como garantía del resultado.

Control de la temperatura durante la etapa de termo-endurecimiento

Una vez aplicados los pigmentos sobre los perfiles con una serie de pistolas electrostáticas, el pigmento en polvo habrá quedado totalmente adherido al aluminio. Una correcta monitorización de la temperatura de fusión de estas resinas sobre los perfiles de aluminio es importantísima para estar completamente seguros de que se ha conseguido la máxima durabilidad del producto. Utilizando una tira de temperatura autoadhesiva podremos ver la temperatura máxima alcanzada y asegurar así una calidad excelente del perfil acabado.

Ventajas del uso de etiquetas de temperatura en el lacado de aluminio

Las etiquetas adhesivas de temperatura ofrecen una solución fácil y económica a esta problemática. La principal ventaja es que, al ir colocada la etiqueta sobre la misma pieza, nos garantiza que la medición obtenida es la de la temperatura que recibe la pieza, la cual en ocasiones puede diferir de la del horno.

Los sistemas de control de temperatura durante los procesos acostumbran a medir la temperatura que se genera en el horno. Sin embargo, es difícil asegurar que esa temperatura sea homogénea en todo el espacio. Con el uso de etiquetas de temperatura, podemos chequear que el proceso se realiza convenientemente.